¡A tapear al Barrasie7e!

En mi afán por probar cuantos más sitios mejor, siempre para daros una crítica constructiva y fiel a nuestros paladares mundanos, os traigo una nueva experiencia gastronómica, de nuevo acaecida en la ciudad gaditana. Está vez os muestro los sabores del bar-restaurante Barrasie7e.

No era la primera vez que escuchaba hablar de este lugar, había recibido muy buenas críticas de él, así que decidí visitarlo. Sin embargo, tuve un error garrafal, como fue desayudar a las doce de la mañana, para luego comer a las dos de la tarde. Lo sé, levantarse a esas horas es de flojos, pero os seré sincera: era mi día libre y fue una semana tremendamente larga. 

Hacía un tiempo estupendo para ser invierno, con un sol brillante y un mar en calma, por lo que la terraza estaba completamente llena. Así que me tocó dentro, pero eso sí, con una ventana para ver el océano y es que me encanta comer con semejantes vistas, nunca me canso.

Debo decir que la decoración de Barrasie7e es realmente innovadora y moderna. Está concebido como un espacio tanto para tapear como para hacer comidas más densas. Así en su carta encontramos platos de alrededor de tres euros, para luego dar el salto a precios muchos más elevados.

En mi caso probé cuatro tapas, mi estómago no dejaba pasar ninguna más. Comencé con una ensaladilla de gambas. Ya es una obligación, cada vez que salgo a probar nuevos sitios, tengo que pedir esta ensalada. Al final me voy hacer toda una experta. Esta constaba de tres ingredientes básicamente: zanahoria, patatas y gambas, nada más, era muy normalita.

Luego opté por un mollete de presa ibérica, con pimiento verde, bacon, huevo de codorniz y queso edam. Me recordaba bastante a una minihamburguesa y estaba muy rico. Más tarde fue el turno del crujiente de langostino, bacon y salsa agridulce. En mi opinión, deberían poner dos, porque uno al final te sabe a poco, ya que estaba delicioso.

Finalmente, el bikini de jamón ibérico con queso havarti y trufa cerró mi comida en el Barrasie7e. Fue una sorpresa que el bikini resultase ser una especie de bocadillo, pero la trufa no me convenció del todo, pues este sabor era muy fuerte y apenas podía distinguir el resto. No obstante, la comida en general estuvo muy rica y las vistas, como ya os he comentado, eran inmejorables.